Jannik Sinner, el rey de la velocidad
Excepto Halle, todos los títulos del italiano este año han sido sobre pista dura
Se extienden a 16 de sus 18 totales en el palmarés
Sinner acelera para sellar el billete de Italia a otra final de la Copa Davis
Puño en alto, y raquetazo a la grada del Carpena. Festeja Italia, sonríe Jannik, que no cesa en su empeño de redondear con la Davis un año excelso. Triunfo tras triunfo. A uno más de otra Ensaladera, la segunda consecutiva. «I-ta-lia», brama el Carpena, aunque el mensaje bien podría incluir el nombre del tenista más en forma de la actualidad. Jannik Sinner.
Sinner es inmisericorde. Más todavía en pista dura. Encuentra siempre un resquicio que no tapa su rival. Y si no lo hay, se lo fabrica. No importa que la pelota le venga desviada por la red, que esté obligado a golpear a bote pronto, o que su rival le envíe un ganador a la esquina. Llega a todos los rincones con su plasticidad.
Es el rey de la velocidad. Ha firmado su tiranía sobre la superficie más rápida del circuito. En orden cronológico. Open de Australia, Róterdam, Miami, Halle, Cincinnati, Us Open, Shanghái, ATP Finals, y está cerca de seguir el mismo desenlace en la Copa Davis. Holanda es su último obstáculo para rey de la rapidez. Su reinado se extiende cuando se observa su palmarés. 16 de los 18 trofeos que descansan en su vitrina los ha conseguido sobre pista dura.
Se siente cómodo sobre una superficie que alimenta su tenis. Saque potente y derecha castigadora. Su golpeo, además, crece en intensidad a medida que se desarrolla el punto. Su balance es de 185 victorias y 49 derrotas. Apabulla también en indoor con un 73-21.
Tiranía de Sinner en pista dura
Lo sorprendente de su juego no es su juego en sí, sino a la velocidad que lo desempeña. Compite a una marcha distinta al resto de raquetas. Sólo una gran versión de Alcaraz es capaz de igualar. Ningún tenista ha sido capaz de ganarle cinco juegos en un mismo set desde Shanghái, alrededor de hace dos meses.
Un año inmejorable el suyo, únicamente oscurecido por el Clostebol, un esteroide anabólico prohibido por el que dio un doble positivo en marzo y que todavía le atormenta y que aún está por hallar una resolución final. Se contaminó porque su ya ex fisioterapeuta, le practicó un masaje sin ponerse los guantes y él ya estaba contaminado.
«Tuve un momento de oscuridad total. Fue difícil y lo sigue siendo. Sé que no he hecho nada malo, que siempre he respetado las reglas. Sé que no he hecho nada malo, que siempre he respetado las reglas. Y estoy tranquilo. Ya he tenido tres audiencias y las tres resultaron a mi favor, así que yo voy a colaborar y a trabajar». Lo buscará disipar con otra Ensaladera en su pista fetiche.
España sufre en la pista del Carpena
Al contrario que Sinner, a los tenistas españoles no les beneficia la velocidad de la superficie, pese a que se juegue a altitud del mar. Sí, por ejemplo, a los sacadores de holandeses, Botic van de Zandschulp y, sobre todo, Tallon Griekspoor, el rival de Nadal y Alcaraz respectivamente. El primero ganó el 90% de los juegos disputados con su servicio. El segundo, el 80%.
España no posee jugadores que la indoor sea su superficie fetiche. Únicamente Alcaraz, que se impone por brío y talento, no por ser un especialista sobre la dura. «Es evidente que si hubiéramos jugado en tierra, el resultado hubiera sido diferente. Creo que jugando en tierra batida teníamos muchas más posibilidades de acabar ganando la eliminatoria», afirma a OKDIARIO Feliciano López, director del torneo para las finales a 8 de la Copa Davis patrocinada por Lexus.
La superficie de la Copa Davis fue modificada en 2016, cuando la organización solicitó una pista un 20% más rápida. España, con el anhelo de una pista más lenta, donde la bola pudiera botar más alta, no se pudo adaptar de la mejor manera a la pista. «Era especial cuando el anfitrión podía elegir la superficie en la que jugar. El nuevo formato nos ha cambiado la elección, aunque creo que para el año que viene va a cambiar. Las dos primeras eliminatorias son de local y de visitante, así que volveremos a vivir ese ambiente un poco más especial de la Copa Davis. No sólo nosotros, sino todos los países», sentencia Granollers en conversación con este periódico.